Vera cuenta con una nutrida historia minera desde el S. XIX a raíz del descubrimiento del filón de plomo y plata en el barranco del Jaroso en Sierra Almagrera (Cuevas del Almanzora-1839). Fue centro neurálgico de la minería del Levante Almeriense en términos administrativos, contando con varias Notarías que fueron testigo de numerosas operaciones mineras, Registro de la Propiedad y Juzgado de Distrito que atendió innumerables procedimientos judiciales en el ámbito minero.
En el aspecto académico, Vera destacó a nivel nacional por contar con una de las seis Escuelas de Capataces de Minas y Maestros Fundidores que existían en España, fruto de la gran demanda de facultativos provocada por el enorme volumen de actividad minera en toda la provincia y la carencia de capital humano con formación académica. La escuela dependía de la Escuela de Minería de Madrid. Además, en el término municipal de Vera se activaron cuatro fundiciones: San Jacinto, La Española o Desplatación (visita exterior chimenea), San Andrés (con las galerías de condensación más largas de Andalucía) y Don Guillermo/Santo Tomás. También se explotó el amplio coto minero del cabezo de “Los Pelaos”. Vera vio nacer a grandes emprendedores de la industria mineral nacional como los pioneros de la minería en el Levante Almeriense, Ramón Orozco Gerez (mina de plata Observación en Sierra Almagrera y propietario de la fundición San Ramón de Garrucha, con el único alto horno que ha existido en la Historia de Almería), Pedro Berruezo, Juan y Jacinto Anglada Ruiz (fundición San Jacinto), o grandes propietarios como Juan López Soler (descubridor de las minas de oro de Rodalquilar), Antonio Canga-Argüelles, Francisco Cervantes de Haro (Menas de Serón), Pedro García Caparrós (fundición Santa Elisa de Mazarrón), Salvador Hernández Mellado, etc.