FERIA DE VERA 2023
EL FENÓMENO VERAHENGE Decir que Nueva York y Vera se parecen, puede sonar como un disparate, pero no lo es. Al menos si se mira a am- bas ciudades desde el cielo y se compara el área rectangular del casco histórico de la ciudad veratense con cual- quier recinto de forma similar en la isla de Manhattan. Desde esta perspectiva, puede hallarse una analogía en la forma y dirección del entramado urbano, tanto en la recta linealidad de sus calles, paralelas y perpendiculares entre sí, como en la orientación cardinal de las mismas. (1) Ortofotografía de Manhattan, Nueva York.(área entre la 2ª y la 5ª Avenida, junto al Empire State Building). (2) Ortofotografía del casco histórico de Vera. Cada año, en los días cercanos a los solsticios de invierno y de verano de 21 de diciembre y 21 de junio, respectiva- mente, grandes aglomeraciones de personas se congregan en las calles del corazón de la gran metrópoli ameri- cana, en los amaneceres de los días próximos al comienzo del invierno y también en las puestas de Sol de los días próximos al inicio del verano. Tienen como objetivo ver aparecer el Sol entre los rascacielos, al fondo de las calles neoyorquinas, posándose literalmente sobre las mismas: es el fenómeno llamado Manhattanhenge. Puesta de Sol del solsticio de verano, visto desde las calles de Manhattan; fenómeno “Manhattanhenge”. El monumento del que el neologismo Manhattanhenge toma su nombre es el conjunto megalítico de Stone- henge, construido en Inglaterra hace 5000 años. Está alineado con la luz del Sol en el amanecer del solsticio de verano de 21 de junio y con su puesta en el solsticio de invierno de 21 de diciembre, considerándose uno de los mayores ejemplos de orientación solar en las grandes construcciones de la historia de la humanidad. La mayoría de los investigadores sostienen que Stonehenge se erigió como un centro ritual alineado con el movimiento del Sol. A lo largo de la historia de la arquitectura, la luz del astro rey ha intervenido, de manera fundamental, en las construcciones y edificaciones de la humanidad; tanto para orientarlas, como para servir a diferentes propósitos que, a lo largo de las distintas civilizaciones, han ido depurándose, desde los más pragmáticos y terrenales a los más espirituales y conmemorativos. En la época de la Antigua Roma, la luz del Sol saliente era la que se solía utilizar para orientar la planificación ur- banística de sus ciudades y campamentos, mediante el cardo y el decumano. El Decumanus Maximus era la calle principal que se orientaba hacia la salida del Sol, en dirección cercana al eje Este – Oeste y el Cardo Maximus era la otra calle principal, de dirección perpendicular al Decumanus Maximus. En la época del emperador César Augusto, se utilizó la luz del Sol saliente del solsticio de invierno como principal referencia para la arquitectura pública del Imperio Romano, para orientar sus construcciones más importantes. Era la referencia principal de orientación porque el solsticio de invierno coincidía con el culto a Saturno, dios romano del tiempo, la agricultura y la cosecha, siendo el 25 de diciembre cuando se celebraban las fiestas saturnales, en las que se festejaba que el Sol vencía a la oscuridad y los días dejaban de acortarse. Ciudades enteras del Imperio Romano fueron cons- truidas orientándose a la salida del Sol del solsticio de invierno; los romanos creían que, si sus ciudades estaban alineadas con la salida del Sol de ese día, Saturno podría traerles buena fortuna y éxito en las cosechas. Es el caso NARRATIVA Feria de Vera 2023 86
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