FERIA DE VERA 2023

LA BLANQUICA La Blanquica tiene alma animal y corazón de esparto. Paredes de ladrillo y cal que guardan tiempo pasado en movimiento, de encuentro, problema, tertulia, cocina, luto, juego, dolor. Vidas antiguas bajo un tejado de caña y araña. Sillas de mimbre, sofá, mesa, lumbre. Colgados retratos de antepasados que nos miran como lo hace algún buitre, que vuela clavando los ojos sobre un puñado de escombros en el desierto que algún día fue hogar de muchos de aquellos. Fueron muchos, sobre todo muchos, uno tras de otro. La circunstancia manda sobre el yo. Sobre el ellos. Los muchos. Niña , muchas fueron las manos de callos, los cuerpos amagaos , el sol en la nuca y la calor de las ropas largas entre olivos. Honrada autarquía rural de ausencia, fe y sencillez. Muchos, en las festivas antípodas de aquello, los que hicieron pasar el tiempo a ritmo de copla y pasodoble. Los mismos que cuidaban la Blanquica y la llenaban con cauce de agua y vida. Nacían como nacen mil arañicas de un zapatazo a la patúa matriarca, y el primo y el chacho, y algunas por el techo, por el olivo, por la mesa. De una flor de feazos y molluelas brotaban las migas de esa mesa. El pan de cada día, cada uno de los días pasaban tantos platos de migas como arañas y ojicos pasaron por las paredes encalás de la Blanquica . Muchos los emboscaos . Pocos los excesos. Muchas las injusticias. Pocos los ojos ajenos que ahora advierten escombros del pasado, que no entienden de roales negros y bujeros , de mulas, fiscales y estraperlo. El tanto y el todo que un día fue, y ahora queda en nada. Antes y ahora, unos mucho y otros poco. Rosa Soto NARRATIVA Feria de Vera 2023 80

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