FERIA DE VERA 2023

Las poblaciones humanas se han desarrollado técni- camente gracias a las fuentes de energía primarias, siendo el Sol el origen y proveedor fundamental de estos recursos, ya sea, simplemente, permitiendo la fotosíntesis de las plantas y la creación de oxígeno, que con su combustión por parte de los seres vivos y su conversión en el necesario dióxido de carbono (CO2) permiten la vida en la Tierra, o convirtiendo el fitoplancton, durante millones de años, en petróleo (hidro-carburo). Las Leyes que rigen estas cuestiones son los Principios de la Termodinámica , en los que las cantidades físicas fundamentales son la temperatura, la energía y la entropía. Estas leyes físicas descartan el aún deseado, en boga e imposible “Móvil Perpetuo” o la “Energía Infinita”. El Hombre en la Prehistoria ha utilizado estas ener- gías a fin de desarrollar la técnica necesaria para, por ejemplo, calentar metales a temperaturas cada vez más altas en hornos cada vez más sofisticados y elaborar utensilios de labranza, suntuarios, para la guerra o bienes de equipo destinados a fabricar otros bienes: desde los maleables estaño (232ºC), cobre (1082ºC) y bronce (982ºC) hasta el hierro (1250ºC) y el acero (1500ºC). Sociedades de guerreros, herreros y alquimistas... La biomasa (madera, rastrojos, grasas, aceites, metano…) fue imprescindible para favorecer estos procesos y, cuando no era suficiente o escasea- ba, la fuerza de trabajo esclava suplía esa carencia, aprovechando las clases dirigentes la combustión carbónica que el cuerpo humano también produce extrayendo trabajo; no en vano la esclavitud en Occi- dente desapareció con la llegada del petróleo. En la Tierra de Vera (gran comarca generadora de cinco siglos de relativa calma desde la conquista del Reino de Granada) encontramos claros ejemplos de esas etapas en los documentos archivísticos que nos hablan de la utilización para cocinar y calentarse de los haces de albardín, esparto o barrilla , cepas, restos de poda y otras plantas endémicas, del gran mercado de esclavos y cautivos existente desde la construc- ción de la fortaleza de la Vera Vieja, de la clara defo- restación que sufrió la Región durante siglos, frenada por los monarcas desde bien temprano, insistiendo en la prohibición de la tala de árboles, o de la crisis de la minería de las Sierras de Cabrera o Almagrera, ocasionada, sobre todo, por la falta de combustible local (madera o carbón) para fundir el mineral. Y a pe- sar de todo, en 1905 llegó la electricidad al alumbra- do público de Vera, producida con hidroelectricidad. Agradezcamos, por tanto, las únicas grandes ventajas de las que ha disfrutado y disfrutará la población de nuestra tierra, deseadas desde tiempo inmemorial por las “gentes venidas del norte”: una temperatura agradable durante casi todo el año, una luminosidad vital para nuestra agricultura y una costa que nos po- dría facilitar el transporte y nos provee de pesca, agua potable e incluso de sal, sumado a la secular y anhela- da venida del tren, nuestra mejor ventaja competitiva. LA VENTAJA COMPETITIVA DE NUESTRO SOL. SOMOS ENERGÍA Un solo tigre en una isla repleta de liebres estaría condenado a perecer porque utilizaría más energía en atraparlas, si pudiese hacerlo (dada la agilidad del orejudo), que la que recuperaría comiéndoselas. Puede haber mucho petróleo bajo la tierra; la cuestión es cómo extraerlo. Francisco Suárez (Profesor de Economía) Y, efectivamente, el carbón mineral vino a sustituir a principios del siglo XIX, al vegetal, por su mayor poder calorífico. En las inmediaciones de las grandes minas se desarrolló la primera revolución industrial, fabril, burguesa y, esencialmente, angloparlante y protes- tante, relevando al viejo Imperio Español católico, en el que la usura era ilegal y era pecado. Ese inicial ca- pitalismo produjo un “ejército industrial de reserva”, sujeto revolucionario que determinó con su dialéctica la Historia del siglo XX. Algunos decenios después, el petróleo convencional (el de mejor calidad, que des- ciende en su producción desde el año 2007 -peak oil o cénit petrolero-), comenzando a ser explotado desde la década de 1860 en Estados Unidos hasta los últi- mos coletazos del contaminante fracking , y más tar- de por países de su órbita (OPEP), posibilitó el mayor desarrollo tecnológico de la Historia, debido a que es la fuente más energética y barata que el Hombre ha descubierto hasta ahora. Se abandonó por las Nacio- nes el patrón oro y se adoptó (o impuso) el petrodólar norteamericano como moneda fíat de cambio inter- nacional en el año 1971 -curiosamente, un año después el Club de Roma presentó su estudio: Los límites del crecimiento, donde se anunciaba un agotamiento de los recursos energéticos a principios del siglo XXI-. Así se adueñó EE.UU . de la economía mundial y, en la misma proporción en la que aumentaba la producción y el consumo de petróleo, también aumentaba la po- blación : desde 2500 millones en 1950 hasta los 8000 millones actuales. La agricultura se convirtió en una industria basada en abonos y fertilizantes químicos procedentes del crudo y el gas para alimentar a un mayor número de personas de forma eficaz, e igual ocurrió con la industria farmacéutica : un negocio que asegura réditos astronómicos y que olvida la preven- ción de la enfermedad. Pero, según informes de la Agencia Internacional de la Energía, llegó un momen- to en el que el balance energético o tasa de retorno energético* del petróleo comenzó a no ser tan favo- rable para los productores, con lo que las multinacio- nales han comenzado a desinvertir en la prospección NARRATIVA Feria de Vera 2023 112

RkJQdWJsaXNoZXIy NTEwODM=